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Trump

08/11/2020@14:17:30

A la hora de escribir esta reflexión ya sabemos quién será el próximo inquilino de la casa Blanca. La victoria después de un largo y complejo recuento electoral ha sido para el demócrata Joe Biden, un hombre tranquilo, como tranquila se ha quedado la parte sensata del mundo después de conocerse.

“La OMS acaba de admitir que tenía razón. Las cuarentenas están matando a países de todo el mundo. La cura no puede ser peor que el problema en sí mismo. Abran sus estados, gobernadores demócratas. Abre Nueva York. Una larga batalla, ¡pero finalmente hicieron lo correcto!”, twitteó triunfante Trump. Sucede que la burocrática OMS se desdijo de su prédica pro cuarentena, y ahora, ¡falta que afirme que los barbijos solo dificultan la respiración!

La (no el, ya que enfermedad es femenino) Covid-19 (Coronavirus enfermedad 2019) había atrapado anteriormente a dos famosos mandatarios negacionistas, Boris Johnson y Jair Bolsonaro, con resultado dispar ya que el primero tras su enfermedad “vio las orejas al lobo” y se pasó al bando de los sensatos y responsables. No así el segundo que continúa su insensata cruzada negacionista sumiendo a Brasil en un absoluto descontrol.

En julio de 2017 escribí una columna titulada “Trump, el heredero de Nixon” donde mencionaba una reseña de la reedición en español del libro de Carl Bernstein y Bob Woodward, “Todos los hombres del presidente”, sobre el ‘escándalo Watergate’.

Patético. Era la Grecia antigua y ya Aristóteles sabía que la violencia era, siempre y necesariamente, destructiva, de hecho, la definía como aquello que intenta -desviar- destruir el desarrollo del cosmos. Y así lo replicaron científicos de la talla de Tomás de Aquino, pero en pleno Siglo XXI todavía hay quienes no pueden superar la primitiva idea de que la violencia puede ayudar en la defensa o, peor, en el establecimiento de un “orden social”.

Los políticos necesitan construir muros, se diría que quieren contener a sus esclavos. Unos, para evitar que entren “extraños” a usufructuar el “estado de bienestar” coactivamente impuesto -y financiado- a sus súbditos. Y, entre estos políticos, Trump ha dicho que “si no les gusta el cemento, lo haremos de acero… será… más fuerte".

Después de una Semana Santa plena de lluvias que ha destrozado todas las previsiones vacacionales, viene un periodo de máxima turbulencia que durará hasta el próximo 6 de junio en nuestro país y hasta noviembre a nivel internacional.

En memoria de un político de altura: Enrique Curiel

Vivimos tiempos convulsos en la política actual. No solo en nuestro país porque es una pandemia de ámbito internacional, solo hay que ver en los telediarios las estrambóticas figuras de Trump o Milei, a un decrépito Biden, o a hipotéticos canallas como Putin y Netanyahu.

Al igual que en el conflicto Rusia-Ucrania, también en el volcán de Israel-Gaza surge la controversia sobre la equidistancia, criticando desde algunos sectores fundamentalmente conservadores a quien osa situarse en tal lugar.

La fallida, como será su investidura, entrevista que el líder del PP solicitó al presidente en funciones celebrada el pasado 30 de agosto, tuvo tintes esperpénticos.

En las próximas elecciones, tanto las de mayo como las de diciembre, la ciudadanía que vaya a votar, por encima de 25 millones, no se va a poder llamar a engaño ya que esta vez sí lo hará consciente de a quién y qué vota.

Se acaba de desarrollar durante el fin de semana pasado el famoso congreso del PP de Madrid. Famoso porque de alguna manera abrió la caja de los truenos en el seno del PP por la confrontación entre su anterior líder Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso a cuenta de la negativa del primero a que se desarrollara.

En el vodevil del PP existe un protagonista clave; Miguel Ángel Rodríguez. De él se conoce que tiene contactos periódicos con los máximos gurús de la derecha extrema, Steve Bannon y Dominic Cummings, maestros de la manipulación y las fake news, como quedó demostrado con las campañas para llevar a Trump a la Casa Blanca y el Brexit que sacó a Reino Unido de la UE.

La Col·lecció d'Art Contemporani de la Generalitat Valenciana recorre el territorio con la exposición de sus últimas adquisiciones en el EACC de Castelló y las muestras en las capitales culturales, Alcoy y Bocairent.

Vuelvo a recuperar este título de un artículo escrito el 14 de Febrero de 2020, copiado de una gran canción de Diego Vasallo, en el que reflexionaba sobre la situación global en aquel instante.

Estamos ya en plena recta final de las elecciones del 4-M en Madrid y queda el sprint final entre la derecha y la izquierda. Acaba de pasar el esperado debate electoral con más pena que gloria.

Quién no recuerda, o al menos las gentes de mi generación, aquella magnífica película de John Ford de 1952, “El hombre tranquilo”, con John Wayne y Mauren O´Hara como protagonistas.

En Venezuela, que ha perdido el 90% de su PBI en los últimos años y donde el salario mensual promedio, según MendozaOnline, es de unos 40 dólares, la reapertura en Caracas de un concesionario de los carísimos Ferrari acaba de provocar mucha indignación ya que, obviamente, tiene como destinatarios a los “revolucionarios” nuevos ricos cercanos al gobierno.

Si tuviéramos que buscar una imagen que definiera el esperpento ocurrido el pasado miércoles 6 en el Capitolio de Washington, probablemente la mejor sería la de Jake Angeli presidiendo el Senado de EE.UU. durante unos minutos disfrazado de bisonte.

En 2019 el Dragón Rojo ya era la segunda economía del mundo, con un PBI de unos USD 14 billones dejaba atrás a la zona euro (13,4 billones) mientras que, según JP Morgan, EE.UU. conservaba el primer lugar con un PBI de USD 21,3 billones y seguía siendo la economía más grande con el 27,3% del PBI global, mientras que China (17,9%) superaba a la zona euro (17,1%).

Ni que decir tiene que esta situación de verdadero agobio, porque ataca a la salud de todos, nos va a situar mentalmente mucho mejor para combatir esa moda pasajera del… Nacionalismo.

Sus propuestas son sencillas, claras y directas. Nunca requieren una gran dosis de formación intelectual. Están destinadas a las mentes más intermedias de esa sociedad, incluso a los menos formados. No caben grandes reflexiones ni contraposiciones ideológicas. Sus salidas son la mar de comprensibles y aplicables.

Con mi labor –como en todos los artículos que escribo- no pretendo otra cosa que establecer claves intelectuales, técnicas, científicas –otra cosa es que lo consiga o no- para entender el mundo que me rodea. Por ello lo que deseo hacer es estudiar la estructura de estos movimientos para extraer las claves que los explique en profundidad y podamos hablar de ellos sin alabanzas o críticas, simplemente sabiendo lo que tenemos delante, y porqué. He intentar analizarlos como lo que son, una manifestación más de las actividades de la Especie Humana para su organización social.

Todos los intelectuales coinciden en que la llegada del Brexit, Marine Le Pen o Trump, es un problema de la respuesta a la globalización. Otros matizan, quizá a una mala aplicación de la inevitable globalización.

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Un segundo mandato del actual presidente traería más entorpecimiento al comercio y la inmigración, y a nadie le conviene una “guerra fría” y mucho menos si esta escaldada, con el cada vez más autoritario gobierno de Beijing, termina en una guerra real.

A mis casi 80 años mantengo buena memoria, pero hay una cantidad de hechos, muy pocos, que por su simpleza y claridad dejaron en ella una especial marca.

Apenas llegado al Reino Unido, Trump describió al líder laborista (y al alcalde de Londres) como "una fuerza negativa" y confirmó que le pidió una cita, pero no quiso recibirlo. Luego, ha proclamado: "el Brexit ocurrirá… Yo habría llevado a los tribunales a la UE" y prometió que, una vez ocurrido, establecerá un gran acuerdo bilateral.

La titulación de ésta nota vale una explicación. En los países anglosajones, también en Israel, el 1 de abril es lo que en España y Latinoamérica es el 28 de diciembre, el Día de los Inocentes, humor y bromas para todos los gustos.

Antes de los comicios el presidente de EE.UU. aseguró que los indocumentados podrían "votar ilegalmente".

¿Qué clase de demócratas son aquellos que no condenan una dictadura? Nadie en su sano juicio, que forme parte de cualquier gobierno demócrata y que tenga un mínimo de formación y sensibilidad, sería capaz de no hacerlo. Al menos en teoría.

Acabamos de entrar en el nuevo año 2024. Bisiesto y ya se sabe que suelen tener mala fama.

Los mecanismos de defensa de las plantas ante posibles plagas se basan, generalmente, en una reasignación de recursos que priorice la protección frente al crecimiento. Lo que suele provocar una penalización en su desarrollo o reproducción con la consiguiente merma en el rendimiento del cultivo.

Recuerdo de la época de mi vida en el seno de la iglesia católica, que me repetían constantemente que mentir era pecado. Supongo que los en los años que llevo fuera de ella ese concepto, ese valor moral no habrá cambiado.

Hay que reconocer que la actualidad política está que arde. Una vez pasado el sunami de las leyes trans y del “solo sí es sí”, más la esperpéntica moción de censura sacada de su chistera por VOX, cuando ya se intuía una etapa tranquila hasta el inicio de la campaña electoral del 28-M, nuevamente las aguas bajan agitadas.

El juego de la vida en la que estamos inmersos funciona de la siguiente manera: Para que exista algo concreto es necesario que dos o más fuerzas se enfrenten en posiciones contrarias y el resultado de esa oposición es lo que da lugar a un estado material concreto, que es lo que en realidad apreciamos y se relaciona con nosotros.

Tal como hemos comprobado, por indicación de nuestro guía, Yony, apreciamos que se cumplen perfectamente en la práctica las dos leyes anteriores en el ejemplo utilizado, ahora debemos comprobar si también se cumple con los EEUU del norte de América, esta importantísima ley de la Conducción y su guía impertérrito, el Dolor.

La UE da una miríada de euros a Marruecos para la lucha contra la migración a través del control de fronteras básicamente. Marruecos invierte una millonada en armamento estadounidense. Más que probable que gran parte de lo que recibe de la UE vaya a parar a este fin.

Pasó la fecha del 4-M y los madrileños y madrileñas han dictado su sentencia electoral.

Leído lo anterior, Yony nos hace comprender, y elevar a verdad objetiva, el funcionamiento de los individuos hacia el exterior en la defensa de su “Yo”, su cultura y la civilización en la que ha nacido y está inmerso. Y el cómo unos y otros se enfrentan a otras organizaciones humanas similares.

Según un principio metafísico, que ya conocían los griegos como Aristóteles, el mal no tiene existencia propia, es ausencia de bien. Como el color negro no existe, es ausencia de luz en tanto que la luz blanca es la sumatoria de todos.

En una columna anterior decía que, tras la muerte de George Floyd, se produjeron unas protestas incluso peores que tras el asesinato de Martin Luther King, en 1968. Crisis que se desató en plena frustración dadas las cuarentenas forzadas -por el monopolio estatal de la violencia- con la excusa de frenar al Covid 19 como si la naturaleza, en libertad, no tuviera sus recursos.

Informa Yony a su mundo que, según su criterio, aún no estamos muy acostumbrados a usar a Aristóteles para abordar los problemas, y menos aún los sociales.

Las encuestas dan por ganador a Biden, pero el día de los comicios en 2016, The New York Times decía que Trump tenía solo el 15% de posibilidades de ganar. Algunos analistas dudan. Muchos votantes oficialistas no dan su opinión amedrentados por la intensa campaña de prensa su en contra. Por algún extraño motivo, los medios se alejan de lo que piensa la gente. Por caso, casi toda la prensa apoya las cuarentenas cuando Trump en alguna medida se opone.

Lo que no parece comprensible desde cualquier punto de vista, es la actitud de los seguidores –y votantes- de estos movimientos oportunistas. Cabe preguntarse, ¿Cómo podemos ser tan ciegos ante la historia? Si aún humean las hogueras del Nacismo, el Fascismo o el falangismo y, sobre todo, del Estalinismo –veamos Cuba, Corea del Norte, y ahora Venezuela-, ¿Cómo no recordamos los efectos de ese seguimiento ciego de los que prometieron la “Redención y las Eternas Verdes Praderas” para que ante fórmulas calcadas, la gente les siga de nuevo?

Cuando estudiamos la antropología humana, sus grandes organizaciones políticas a las que llamamos culturas o civilizaciones, y observamos la caída de una de esas grandes épocas continuadas y con clara implantación, lo que encontramos siempre es un corto período en el que personas y movimientos desconocidos, y que aparecen al albor del momento, proponen salidas fáciles, simples y con múltiple liderazgos cortos y sin profundidad, hasta que de nuevo renace otra gran época de grandeza y esplendor. A esos pequeños liderazgos es a lo que hoy llamamos, Populismos.

“Los humanos merecen lo que tienen: se llenan la boca hablando de la naturaleza (cambio climático, transgénicos, bla, bla, bla...) y luego la tapan con algo antinatural como un barbijo. Greta T estaba de moda, se apostaba a que cambiaría el mundo, meses después, no existe”, escribió un amigo en Twitter. Pues, aun si no tuviera razón y el barbijo fuera útil, destaco la incoherencia que impera. O es el barbijo o es la naturaleza, ambas cosas no pueden ser, no percibir esta incoherencia es claro índice de que no se está razonando sino en estado de pánico.

Cuando dejamos de vivir en un mundo Unilateral para pasar a convivir en la Multilateralidad, quizá lo más importante es que dejamos de pensar y actuar en términos absolutos para pasar a relacionarnos en términos relativos. Ya sé que constantemente añoraremos aquella situación de certeza –a la que querremos aferrarnos cada vez que sintamos dudas- tal como el gran George Steiner dejó perfectamente descrito en su maravilloso libro, Nostalgia del Absoluto.