Este domingo comienza la denominada por el Gobierno "nueva normalidad", en la que debe imperar "la prudencia y la responsabilidad individual" de cada ciudadano debida a la convivencia con el coronavirus y la inexistencia de un tratamiento efectivo ni vacuna que lo combata por el momento de forma efectiva.
La situación "grave y excepcional” que llevó al Gobierno a considerar “indispensable proceder a la declaración del estado de alarma”, según el decreto de alarma, y las consiguientes restricciones a nivel nacional para los ciudadanos da paso a las medidas que los distintos Ejecutivos autonómicos han impulsado para evitar contagios.
Lo que regirá en todo el territorio nacional es el real decreto que regula la llamada "nueva normalidad", y que someterá a convalidación esta semana el Congreso de los Diputados, en el que se fijan las medidas a cumplir ante la crisis sanitaria que “subsiste, aunque notablemente atenuada en nuestro país, y cuya superación aún no ha sido oficialmente declarada ni en el ámbito nacional, ni en el internacional, por los organismos y autoridades competentes”.
Esta norma establece el “deber de cautela y protección” de todos los ciudadanos, por lo que se deberá respetar la distancia de seguridad interpersonal de al menos 1,5 metros.
Además, contempla el uso obligatorio de mascarillas en la vía pública, en espacios al aire libre y en espacios cerrados de uso público o que se encuentren abiertos al público, así como en los transportes.
En este momento y, hasta que el Gobierno consulte con las autonomías la “finalización de la situación de crisis sanitaria”, los ciudadanos, instituciones, establecimientos adoptarán las medidas de higiene adecuadas para prevenir los riesgos de contagio.