El Consell impulsará un Pacto por las Mujeres y la Ciencia para 'inspirar el cambio desde las instituciones'

El Consell plantea un trabajo conjunto con universidades, agentes sociales, instituciones y asociaciones para acabar con la brecha entre hombres y mujeres que se da también en los ámbitos científico y tecnológico.

En este contexto, el responsable de la Generalitat ha explicado que la Conselleria de Innovación, en colaboración con las conselleries de Educación e Igualdad, organizará el primer Encuentro de Niñas y Mujeres Investigadoras "para fomentar la inclusión femenina en esta área", en consonancia con los objetivos marcados en el Seminari d'Hivern de Dénia.

Este tipo de iniciativas, ha explicado Puig, tendrán la finalidad de "mejorar la participación, la culminación y la continuación de niñas y mujeres en carreras y estudios vinculados a las áreas de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas", los estudios conocidos como STEM.

El president lo ha anunciado en el acto de homenaje del Consell Valencià de Cultura a la bióloga Margarita Salas, fallecida el pasado noviembre, con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Al acto han asistido el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, y las investigadoras María Blasco y Ana Lluch, además del president del Consell Valencià de Cultura, Santiago Grisolía. Por parte del Consell, han acompañado al president las conselleras de Sanidad Universal y Salud Pública, Ana Barceló, y de Innovación, Universidad, Ciencia y Sociedad Digital, Carolina Pascual.

Puig ha afirmado que la Generalitat será "un agente activo del cambio necesario para impulsar una presencia femenina activa y de liderazgo en los ámbitos de las ciencias y la tecnología".

"La igualdad en la ciencia está lejos de producirse", ha lamentado el president, que ha recordado que, pese a que "desde el año 1978 hasta ahora ha habido un crecimiento de más de 30 puntos" en el número de mujeres que han acabado una carrera universitaria, en las carreras técnicas, como ingeniería, informática, matemáticas o física, "cada vez hay menos mujeres".

En este sentido, Puig ha explicado que "el 70% de las empresas tecnológicas y científicas no tienen a ninguna mujer en su equipo directivo" y que "el capital riesgo invierte menos de un 3% en start'ups lideradas por mujeres". Además, "un 85,4% de las personas que tienen estudios científicos y tecnológicos superiores en España son hombres".

"Es cierto que existe una brecha de género a todos los niveles: en el espacio de lo privado, en el ámbito formativo y en el mundo productivo", ha afirmado el president, quien ha indicado que "la brecha de género en el sector tecnológico y científico reviste especial gravedad, porque es la industria que más empleo neto creará en los próximos años".

Por ello, ha defendido este plan de fomento de la presencia femenina en el ámbito científico-técnico que se presentó en el Seminari d'Hivern de Dénia y Jávea del pasado fin de semana y que considera "fundamental" impulsar el cambio de paradigma desde la educación primaria y secundaria, para aumentar la vocación hacia esta área.

El president, que ha destacado que Margarita Salas fue "una referencia" en materia de igualdad en el campo científico, ha señalado que "la nueva sociedad y la nueva economía no puede estar construida desde una perspectiva masculina".

"Salas fue incansable en la denuncia de esta brecha de género", ha recordado Puig, quien ha asegurado que "esta pérdida del 50% del talento es un drama para el conjunto de la sociedad".

"Fue una de las grandes luchadoras por visibilizar a las mujeres en el mundo de la ciencia y tuvo que enfrentarse a las dudas de otros científicos sobre su capacidad como mujer y demostrar que era una gran investigadora", ha añadido.

La trayectoria de Salas

Salas, una de las primeras investigadoras de España en biología molecular y biotecnología, estudió los mecanismos del ADN y trabajó con el Nobel Severo Ochoa, con quien investigó en el Nueva York de los años 60.

Recibió de manos de la Generalitat el Premio Jaume I a la Investigación Básica en el año 1994 y el Premio Isabel Ferrer en 2002 y obtuvo el galardón de la Unesco a la Investigadora Europea en 1999.

A partir de 1995 dirigió el Instituto de España, que agrupa a las reales academias, y fue la primera científica elegida miembro de la Real Academia Española, donde ocupaba el sillón con la 'i´' minúscula.