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El estado del estado (XIV): Las posiciones
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El estado del estado (XIV): Las posiciones

Por Carlos González
sábado 13 de junio de 2020, 12:21h

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Ahora toca la vuelta al trabajo. Se acabó la fiesta de Ortigueira, Yony debe seguir observando nuestro sociedad y sus costumbres. También ha de estudiar nuestros conflictos, en ellos es donde se aprecia de verdad la verdadera naturaleza de una persona, de una asociación, o, en este caso, de un estado.

Muchas veces se ha hablado de las posiciones, es posible que en teoría sea difícil entender la explicación de este concepto. Cuando se estudia en la práctica es mucho más fácil comprender qué es eso de las “Posiciones”. Al analizar un conflicto, como el de la investidura actual del presidente del gobierno Español, se puede apreciar con claridad cómo reacciona cada persona, en este caso partidos políticos y sus liderazgos, al tener que adoptar, y defender, su posición en este conflicto.

Los mediadores estudian en teoría que “Cada persona piensa y reacciona, de forma consciente en algunos casos, en la mayoría inconscientemente, en función a la posición que ocupa”. El rico piensa como rico, el pobre como pobre, el hombre como hombre y la mujer como tal. Bastaría con que ejerciesen tres meses el género contrario y, sin darse cuenta, pensarían todo al revés. ¿Por qué?, porque inconscientemente buscarían única y exclusivamente defender sus intereses, y los argumentos para sus defensas les parecerían “Normales”. Cada uno defiende sus intereses y estos siempre están en función a la posición que ocupa.

Si estudiamos las distintas posiciones de los líderes afectados por este conflicto, y la plana mayor de sus partidos, de forma clara como la luz del día podemos saber de qué estamos hablando: Cuando el PP quería ser investido, con Rajoy al frente, Pablo Casado y sus compañeros no se cansaban de pregonar, y lo hacían con su gran poder mediático detrás, que lo más importante era el gobierno de España, la estabilidad política y social, y que el mandato de la gran mayoría de españoles querían un gobierno estable y que este debía ser del partido ganador.

Rivera y los suyos en aquella ocasión primero intentaron pactar con el PSOE, desplazar al PP y tocar poder. No lo consiguieron porque Podemos se negó en rotundo, y le fue afeada su conducta porque este no permitía un gobierno progresista y de cambio para acabar con la corrupción de los Populares. Después, como Ciudadanos pactó con el PP y fue su fiel aliado, ya no importaba la gran corrupción oculta.

Pero la posición de Pedro Sánchez era aún más extraña. Decía claramente que No es No. Que sí podía construir un gobierno con los restos de la cámara, pero su propio partido se lo impidió, tuvo que dimitir de la secretaría general e incluso del escaño. Solo le valió la guerra absoluta, y no quiso nada de estabilidad hasta que fuese él el presidente. A punto estuvo de arrastrar a su propio partido a una catástrofe y lo partió casi por la mitad.

En el caso de Pablo Iglesias y Podemos, quedó muy claro que a él, ellos, no les valía lo de izquierdas o derechas, ni lo de cambio o continuidad, lo que querían era llevar a cabo sus reformas, pero era indispensable que las ejecutasen, ellos, desde el poder real.

Ahora las posiciones han cambiado. Es Pedro Sánchez al que le toca hacer de Rajoy. Y al PSOE de PP. ¿Alguien aprecia discurso diferente alguno? ¿No dice el que quiere ser investido presidente las frases calcadas que decía su predecesor? ¿El discurso de la plana mayor del Partido Socialista no usa las mismas frases clavadas, que usó su oponente hace un año? ¡Qué curioso, y divertido, resulta ver a la Sra. Lastra, y a la actual presidenta del congreso, hablando de orden y estabilidad, cuando se opusieron a su propio partido con el único fin de hacer su santa voluntad y no se abstuvieron como lo hicieron el resto de sus compañeros! Eso, ¡qué curioso!

Por el contrario, ahora Ciudadanos, que era el adalid de la estabilidad y la defensa de España, del orden político y el no a la corrupción y a los intereses particulares, hay que ver cómo ahora clama por los huracanes y las terribles tormentas que acaben con Pedro Sánchez y su presidencia. Si ahora debe hundirse medio estado Español con el fin de que perezca Sánchez y el PSOE, pues bien venido sea.

En las huestes del PP y de su nuevo líder, ya no importa la economía, ni la destrucción de empleo que la parálisis política pueda llevar. No importa lo que los españoles han votado. Solo importa una cosa, la misma que quería Pedro, que jamás fuese investido presidente el ganador de las elecciones.

Dejo a los lectores que ya diseñen ellos el estudio de la “Posición” de los demás. Qué fácil es en la práctica apreciar cómo piensa y actúa cada persona y organización, “En función a la posición que ocupa”.

Pero ellos no son nada culpables, los que quizás puede que lo sean, son los que les siguen siempre, digan una cosa… O la totalmente contraria.

Sobre el autor

Carlos Gonzàlez-Teijòn es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El Sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados, de editorial, Letras de autor.

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