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Bolsonaro

05/10/2020@11:17:16
La (no el, ya que enfermedad es femenino) Covid-19 (Coronavirus enfermedad 2019) había atrapado anteriormente a dos famosos mandatarios negacionistas, Boris Johnson y Jair Bolsonaro, con resultado dispar ya que el primero tras su enfermedad “vio las orejas al lobo” y se pasó al bando de los sensatos y responsables. No así el segundo que continúa su insensata cruzada negacionista sumiendo a Brasil en un absoluto descontrol.

La fallida, como será su investidura, entrevista que el líder del PP solicitó al presidente en funciones celebrada el pasado 30 de agosto, tuvo tintes esperpénticos.

Pero más aún, podemos afirmar con rotundidad que ellos perderán. Y lo harán porque el conocimiento científico de la Biología y la Psicología humana nos ha enseñado que esa forma de pensar y actuar -la suya-, a medio y largo plazo, solo puede perder cuando se busca la supervivencia y la convivencia.

De todo este conflicto, lógicamente tanto del Larvado -que existirá siempre entre todas las civilizaciones, culturas, formas políticas y maneras de organizarse los colectivos humanos por la competencia entre unos y otros por el ánimo de preponderar- como del Manifiesto -cuando unas entran en ataques concretos con la intención de destruir a la otra-, hemos de sacar los máximos conocimientos posibles. ¿Con qué fin?

“El tsunami de hartazgo de la ciudadanía europea —y occidental en general— no se desinfla… Brexit, Trump y Bolsonaro son productos de ese sentimiento… Macron también lo es” escribe Andrea Rizzi en El País de Madrid. Pero, al final, todos los “antisistema” terminan siendo políticos, y a Macron le tocaron sus “chalecos amarillos”.

Soy de aquellos que poco o nada da importancia a las palabras, sí leo gestos y ojos, éstos son mucho más difícil de manipular.

Alain Minc, mentor del presidente francés Emmanuel Macron, aseguraba que su amigo pensaba que “el sistema se ha descompuesto y caerá, hay que recogerlo”, viendo cuan harta está la gente del sistema político, sobre todo de los impuestos como desde hace centurias.

Años ha, Chile se anexionó el acceso boliviano al Pacífico durante la guerra por el derecho a los beneficios de la sal y el cobre, y Bolivia quedó rodeada de tierra reclamando durante años un “acceso soberano al Pacífico”, perdiendo la última batalla hace pocos días cuando la Corte Internacional de Justicia (CIJ), de La Haya, desestimó los argumentos bolivianos que pedían se obligue a Chile a negociar. La CIJ sentenció que "Chile no tiene obligación de negociar".
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Hay que reconocer que la actualidad política está que arde. Una vez pasado el sunami de las leyes trans y del “solo sí es sí”, más la esperpéntica moción de censura sacada de su chistera por VOX, cuando ya se intuía una etapa tranquila hasta el inicio de la campaña electoral del 28-M, nuevamente las aguas bajan agitadas.

El juego de la vida en la que estamos inmersos funciona de la siguiente manera: Para que exista algo concreto es necesario que dos o más fuerzas se enfrenten en posiciones contrarias y el resultado de esa oposición es lo que da lugar a un estado material concreto, que es lo que en realidad apreciamos y se relaciona con nosotros.

Hay un proyecto mundial, totalitario, bien financiado y bastante organizado que tiene como objetivo y amenaza a las democracias occidentales. La oleada de disturbios en Iberoamérica no tiene nada de casual y todos sus elementos están coordinados y muy bien financiados, en lo que parece una ofensiva en toda regla y extensión.

La pomposa “II Conferencia de Alto Nivel sobre la Cooperación Sur-Sur (PABA + 40)” se realizó en Buenos Aires días atrás, con la participación del secretario general de la ONU y los representantes de 193 países, más de mil personas entre delegaciones gubernamentales y civiles. Mucho dinero de los contribuyentes para nada, solo para que los burócratas puedan pasársela bien.

No tenía previsto escribir, los festejos con champagne y whisky dejan poco tiempo para las lecturas, los millones de saludos que por mail se reciben convierten a todos en uno más entre muchos a los que generalmente nadie lee o presta atención, por ello seré corto, intentar que lo corto y bueno sea doblemente bueno.

Desde que Eva mintió a Adán sobre la manzana, las noticias falsas han sido parte de la historia de la humanidad. Todo el alboroto y los cientos de artículos y reportajes dedicados al, supuesto, nuevo fenómeno de las Fake News, son una construcción ficticia de medios y opinadores en decadencia.