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Ayuso

03/04/2024@12:20:37
Después de una Semana Santa plena de lluvias que ha destrozado todas las previsiones vacacionales, viene un periodo de máxima turbulencia que durará hasta el próximo 6 de junio en nuestro país y hasta noviembre a nivel internacional.

Cuando ya parecía que el PP tenía acorralada a su presa, Pedro Sánchez y su gobierno, con el caso Koldo-Ábalos y el lío por la amnistía surge la sorpresa con otro escándalo en el que está implicada Isabel Díaz Ayuso.

En el vodevil del PP existe un protagonista clave; Miguel Ángel Rodríguez. De él se conoce que tiene contactos periódicos con los máximos gurús de la derecha extrema, Steve Bannon y Dominic Cummings, maestros de la manipulación y las fake news, como quedó demostrado con las campañas para llevar a Trump a la Casa Blanca y el Brexit que sacó a Reino Unido de la UE.

Estamos ya en plena recta final de las elecciones del 4-M en Madrid y queda el sprint final entre la derecha y la izquierda. Acaba de pasar el esperado debate electoral con más pena que gloria.

Esta reflexión tiene la pretensión de ser una carta abierta que supongo nunca será leída por a quién va dirigida.

La derecha siempre que han existido protestas o manifestaciones por parte de sectores progresistas de nuestra sociedad las han tachado de agresivas, que van contra la libertad o atentan contra la Constitución.

Al igual que en el conflicto Rusia-Ucrania, también en el volcán de Israel-Gaza surge la controversia sobre la equidistancia, criticando desde algunos sectores fundamentalmente conservadores a quien osa situarse en tal lugar.

Menuda escandalera se ha montado con la expulsión de Nicolás Redondo Terreros.

“Una imagen vale más que mil palabras” pero a veces son necesarias algunas palabras para entender determinadas imágenes y que no nos cuelen los politólogos aficionados o los aparatos de marketing de las distintas fuerzas políticas sus letanías manipulativas.

No es por ponerme medallas, pero creo que el primero que reflexionó en términos futbolísticos en estas elecciones fue un servidor, que hace meses en una reflexión publicada en este medio utilizó conceptos como “hay partido”. “puede haber remontada”, o comparando al PSOE con el Real Madrid de la Champions.

Acaban de pasar las elecciones municipales, forales y autonómicas en una parte de nuestro país con un nefasto resultado para este sector.

Hay que reconocer que la actualidad política está que arde. Una vez pasado el sunami de las leyes trans y del “solo sí es sí”, más la esperpéntica moción de censura sacada de su chistera por VOX, cuando ya se intuía una etapa tranquila hasta el inicio de la campaña electoral del 28-M, nuevamente las aguas bajan agitadas.

Noviembre nos está resultando un mes convulso...

Hubo un tiempo en el que la escasez de noticias durante el verano, obligaba a los medios de comunicación a destripar lo que se denominaban “Serpientes del verano”, supongo que haciendo alusión a los habituales avistamientos del monstruo del lago Ness.

Este pasado domingo se han producido varios acontecimientos en forma de elecciones, que afectan a las izquierdas de Andalucía, Francia y Colombia, con diferentes consecuencias, una desoladora y otras dos esperanzadoras.

Vivimos malos tiempos para la lírica y mucho más para una política en crisis terminal. En toda Europa, pero especialmente en nuestro país.

Desde la época del Lazarillo de Tormes o Riconete y cortadillo ya sabemos que España es cuna de lo que denominamos pícaros.

Como señalaba Zygmunt Bauman vivimos en una sociedad líquida, con una política líquida dirigida por líderes de las mismas características, donde los acontecimientos suceden a una velocidad de vértigo y las reflexiones hechas hoy ya no valen a las 24 o 48 horas.

Nadie duda ya desde su aparición en las primarias del PSOE del 2014, de la buena suerte que acompaña en su andadura a Pedro Sánchez.

Las elecciones legislativas celebradas el pasado domingo en Portugal, han deparado una inesperada victoria del Partido Socialista de Antonio Costa, que ha conseguido un 42 % de los votos y como consecuencia la mayoría absoluta en el parlamento.

Todos los expertos nos habían alertado por sexta vez consecutiva, que rebajar las medidas contra el COVID demasiado pronto de nuevo, con la variante Delta campando a sus anchas era muy peligroso.

Nos hemos vuelto a equivocar por enésima vez. Lo hicimos hace un año, en los puentes de Octubre y Diciembre, en Navidad, Semana Santa… No tenemos remedio, porque no se puede dejar todo en manos de una parte de la sociedad que ignora el peligro y es ajena a la solidaridad.
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Se acaba de desarrollar durante el fin de semana pasado el famoso congreso del PP de Madrid. Famoso porque de alguna manera abrió la caja de los truenos en el seno del PP por la confrontación entre su anterior líder Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso a cuenta de la negativa del primero a que se desarrollara.

Ayuso mete al rey en el cenagal de Colón. Y no contenta con ello se reitera en su posición, no saliendo a dar una rectificación hasta un día después y obligada. En la que incide en su denuncia de que se compromete al Jefe del Estado. ¡Menuda rectificación!

Más villana que heroína

El pasado miércoles la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, comenzaba su show más decrépito hasta la fecha. Un urdido plan que ha puesto entre la espalda y la pared a un Partido Popular denostado por sus corruptelas pese a los ingentes -o no tanto- intentos de su líder, Pablo Casado, por deshacerse de esa pesada mochila que le ha puesto al borde del precipicio político por el que su némesis autonómica parece empeñada en arrojarle.

Este artículo va sobre votar bien y dormir mejor, enlazando con Calderón de la Barca, soldado en los Tercios de Flandes y por supuesto poeta.

Nací hace 75 años en la calle Ferraz 70 de Madrid, actual sede del PSOE. Jugué de crío por esa calle y por el parque de Rosales junto a mi amigo de entonces Patxi Andión, que nació en el número 68.

“Buscaré votos hasta debajo de las piedras” de cara a su futura investidura, arengó Pedro Sánchez a sus seguidores. Nos consta que ya ha levantado tantas piedras buscando votos como munición está proporcionando a la derecha ante una posible repetición electoral.

La fallida, como será su investidura, entrevista que el líder del PP solicitó al presidente en funciones celebrada el pasado 30 de agosto, tuvo tintes esperpénticos.

Después del 23-J los números dan para repetir gobierno de coalición progresista por muy difícil que suponga, pero no dan para lo contrario.

Recuerdo de la época de mi vida en el seno de la iglesia católica, que me repetían constantemente que mentir era pecado. Supongo que los en los años que llevo fuera de ella ese concepto, ese valor moral no habrá cambiado.

En las próximas elecciones, tanto las de mayo como las de diciembre, la ciudadanía que vaya a votar, por encima de 25 millones, no se va a poder llamar a engaño ya que esta vez sí lo hará consciente de a quién y qué vota.

Acabamos de salir de un 2022 convulso pero que en su final nos regaló alguna buena noticia.

Que la situación internacional cada vez está más complicada ya no lo discute nadie.

Ahora que celebran en Oregón los campeonatos mundiales de atletismo nos puede recordar que estamos en la recta final de esta legislatura.

Algunos llevamos tiempo advirtiendo que o las izquierdas espabilan o el futuro que nos espera es gris tirando a muy negro.

La pregunta, aunque pueda parecerlo, no va referida a la guerra provocada por Putin en Ucrania. Ahí la respuesta sería contundente y unánime: cero, ninguno.

Vivimos malos tiempos para la lírica. La guerra provocada por Putin al invadir Ucrania, ha traído como consecuencia que apenas saliendo del oscuro túnel de la pandemia, volvemos a entrar en otro sin dar siquiera tiempo a respirar.

La conjura de los necios

El Partido Popular, nos ha brindado un esperpéntico y divertido espectáculo, si no fuera porque es un momento especialmente delicado por la pandemia, la inflación y las incertidumbres sociales, económicas y geopolíticas.

Las elecciones en CyL fueron convocadas por el PP tras romper un pacto con Cs, que le permitían una gobernabilidad tranquila hasta final de legislatura.

He dudado si titular así esta reflexión, o hacerlo simplemente con una palabra que defina mi estado de ánimo a la hora de escribirla: “Decepción”.

Creo que Pedro Sánchez se equivocó al expresar que le gustaba la carne al punto, tanto porque desautorizaba injusta y cruelmente al ministro Garzón, que no hizo sino verbalizar una obviedad (otra cosa es el momento y su puesta en escena), como porque su remodelación de Gobierno ha demostrado que le gusta cruda.

En esta difícil época que nos está tocando vivir, vamos a tal velocidad y utilizamos de manera tan banal el término “momento histórico”, que cuando realmente ocurre apenas nos damos cuenta, pasa desapercibido.