El arrestado aprovechaba la ausencia de los padres de los niños para, durante aproximadamente un año, abusar de ellos y agredirles si se negaban a realizar alguna de las prácticas. Portaba la documentación de su hermano y guardaba multitud de medidas de seguridad para no ser identificado, además, contaba con tres reclamaciones judiciales por delitos de agresión sexual, estafa y descubrimiento y revelación de secretos.