Un estudio de la Universitat de València examina cómo la inteligencia artificial (IA) está transformando las profesiones jurídicas, destacando la automatización de tareas rutinarias y la creación de nuevos perfiles profesionales. El informe concluye que, aunque la IA no eliminará empleos en el sector jurídico, cambiará las competencias requeridas para los juristas. Se prevé una mayor demanda de habilidades digitales y blandas, así como el surgimiento de especialidades en áreas como la gestión de riesgos tecnológicos y el cibercrimen. La investigación busca preparar a los estudiantes para enfrentar estos cambios y mejorar su empleabilidad en un mercado laboral en evolución.
La Facultat de Dret de la Universitat de València ha presentado un estudio que examina el impacto de la inteligencia artificial (IA) en las profesiones jurídicas. Este análisis revela que, aunque la automatización está transformando el sector, no se prevé que elimine empleos ni sustituya a los profesionales del derecho. En cambio, se anticipa una evolución en las competencias requeridas para los juristas y cómo deben prepararse las instituciones educativas.
El informe titulado ‘Diagnóstico y estrategia sobre el futuro de las profesiones de la Facultat de Dret’ destaca cambios significativos en el ámbito laboral jurídico. La investigación, liderada por el profesor Adrián Todolí y el catedrático emérito José Peiró, señala que la IA ya está generando nuevos perfiles profesionales especializados en tecnología y nuevas herramientas para optimizar procesos legales.
Entre las innovaciones mencionadas se encuentran aplicaciones que facilitan la preparación de juicios y predicen qué argumentos legales tienen más probabilidades de éxito. Estas herramientas incluyen servicios como “notario electrónico” y “testamento digital”, además de contratos inteligentes o smart contracts, que permiten a las partes acordar términos sin intermediarios.
El estudio también aborda cómo la digitalización está modificando la práctica cotidiana de los abogados. Se han desarrollado herramientas avanzadas para analizar grandes bases de datos legislativas y jurisprudenciales, así como asistentes virtuales que ayudan en la búsqueda documental. Además, se están creando plataformas para facilitar el trabajo remoto entre abogados y sus clientes.
Todavía más relevante es el impacto que estas tecnologías están teniendo en el mercado laboral. Según Todolí, aunque los juristas seguirán siendo altamente empleables, las empresas demandarán habilidades diferentes a las tradicionales. “La profesión será la misma pero las habilidades serán distintas”, afirma.
El informe también resalta que las tareas más repetitivas y con menor valor añadido son las más susceptibles a ser automatizadas. Esto incluye actividades como la revisión de documentos o el relleno de formularios, funciones comúnmente desempeñadas por profesionales junior o paralegals. Para mitigar este efecto, se recomienda una formación centrada en habilidades blandas y digitales.
A medida que avanza la IA, surgen nuevos perfiles profesionales en áreas como ingeniería jurídica y gestión de riesgos tecnológicos. El Reglamento de Inteligencia Artificial introduce figuras como el responsable del despliegue de IA, lo cual podría dar lugar a nuevas especialidades dentro del ámbito legal.
Referencia: José María Peiró, Adrián Todolí, José Miguel Sánchez, Paula López, David Crespo. «Diagnóstico y estrategia sobre el futuro de las profesiones de la Facultat de Dret. Retos tecnológicos, demográficos y sociales». Universitat de València (2025). Enlace: https://omp.uv.es/index.php/PUV/catalog/book/720
La inteligencia artificial ha automatizado tareas rutinarias, ha dado lugar a nuevos perfiles profesionales especializados en tecnología y ha desarrollado herramientas para preparar juicios y predecir argumentos legales con mayor probabilidad de éxito.
No, el estudio concluye que la IA no destruirá el empleo jurídico ni sustituirá a los profesionales, pero sí cambiará las competencias requeridas por los juristas.
Las empresas exigirán distintas competencias en comparación con el pasado. Aunque la profesión seguirá siendo la misma, las habilidades necesarias serán diferentes, incluyendo habilidades digitales y blandas.
Se prevé que se automatizarán tareas de menor valor añadido y más repetitivas, como la revisión de documentos, el relleno de formularios y el resumen de documentación.
Se observa un incremento en la demanda de profesionales jurídicos expertos en ingeniería, así como figuras como el responsable de despliegue de IA y especialidades relacionadas con cibercrimen y protección de datos.